Paría. Golpe de presión sobre el Ejecutivo cuatro días antes de una decisión muy esperada en el Consejo Constitucional. Una amplia coalición de opositores a la ley de inmigración se manifiesta en toda Francia este domingo 21 de enero en contra de la promulgación del texto, que consideran como una victoria de la extrema derecha.
Varios miles de opositores a la ley de inmigración salieron a las calles de París, Burdeos, Toulouse, Lille y otras ciudades de Francia el domingo 21 de enero para mantener la presión contra la promulgación de un texto que, según ellos, consagra la victoria ideológica de la «extrema derecha» antes de la decisión del Consejo Constitucional prevista para el 25 de enero.
Al unirse al llamado inicialmente lanzado por 201 personalidades, los opositores buscan reunir fuerzas más allá de la esfera militante tradicional para presionar al Ejecutivo, que podría promulgar rápidamente el texto votado a mediados de diciembre, que cuenta con los votos del partido de extrema derecha Agrupación Nacional, a menos que haya un ‘alto’ sorpresivo por parte de los ‘Sabios’ —como se le conoce a los miembros del Consejo Constitucional—.
Más de 160 marchas estaban previstas en toda Francia. Entre 3.000 y 4.000 manifestantes, según los organizadores, desfilaron por las calles de Toulouse el sábado. Mientras que centenares de personas se reunieron en Metz el domingo por la mañana. En Caen, los sindicatos reunieron entre 1.500 y 2.000 manifestantes el domingo por la mañana.
En Lille, alrededor de 2.000 personas se manifestaron con trabajadores de las comunidades Emmaüs del Norte a la cabeza, en huelga desde hace seis meses para denunciar sus condiciones de trabajo y solicitar su regularización.
En la manifestación parisina, que partió a primera hora de la tarde desde la Plaza del Trocadero, miles de personas estaban presentes desde el principio de la jornada, con varios líderes de la izquierda.
Manon Aubry (Francia Insumista), Marine Tondelier (Ecologistas), Fabien Roussel (Partido Comunista Francés) y Olivier Faure (Partido Socialista) criticaron a un Ejecutivo «que ha abierto las puertas a las ideas de la extrema derecha», según el primer secretario de los socialistas.
«Quisimos reunir a un público muy amplio para mostrar que la indignación va más allá de los círculos militantes (…) Esta ley es una ruptura con los principios franceses desde 1789 para el derecho del suelo y desde 1945 para la universalidad de la protección social», declaró la secretaria general de la CGT, Sophie Binet, quien llamó a la movilización junto con su homóloga de la CFDT, Marylise Léon.
En medio de las pancartas sostenidas por los manifestantes con mensajes como «Inmigración, una oportunidad para Francia», «Francia es un tejido de migración»; Mady Cissé, un senegalés de 59 años, trabajador temporal en la construcción, aprecia lo que consideró un «apoyo importante», pero «también lógico».
«Formamos una sola sociedad: sin nosotros, el país no funcionaría, somos nosotros los que nos levantamos a las 5:00 de la mañana para ir a trabajar en la construcción, para sacar la basura… incluso limpiamos las oficinas de las prefecturas que nos niegan los papeles», observa el trabajador que tiene un permiso de residencia temporal.
«Esta ley es una deriva hacia la extrema derecha, en términos políticos», observó el exministro de Agrupación por la República, Jacques Toubon, presente en París, «y en el fondo hacia la preferencia nacional, que no es conforme a nuestros principios fundamentales y constitucionales».
Los organizadores, que incluyen a numerosas personalidades del mundo de la cultura como las actrices Josiane Balasko y la autora Alice Zeniter, piden a Emmanuel Macron que no promulgue la ley.
En el centro de la controversia están las numerosas adiciones del Parlamento al texto inicial del Gobierno, que dan un sesgo muy a la derecha a esta ley, que inicialmente debía basarse en dos aspectos, uno represivo para los extranjeros que cometían «actos delincuenciales», y otro que favoreciera la integración.
Ahora, el texto incluye numerosas medidas controvertidas, como el endurecimiento del acceso a los beneficios sociales, el establecimiento de cuotas migratorias o la reinstauración del «delito de estancia irregular».
Entrevistada el domingo en el programa ‘Preguntas políticas’ transmitido simultáneamente en ‘France Inter’,’FranceinfoTV’ y ‘Le Monde’, la ministra delegada de Igualdad de Género, Aurore Bergé, negó que el texto estableciera «una preferencia nacional».
La ministra atribuyó a sus oponentes la responsabilidad del ascenso de Agrupación Nacional, que actualmente lidera las encuestas para las futuras elecciones europeas. «Insinuar la idea de que estamos adoptando las tesis y los temas de Agrupación Nacional, es seguro, les estamos dando una victoria ideológica», declaró.
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