Moscú busca más influencia y reposicionarse en América Latina con nuevas relaciones con México, desafiando a Washington.
Cuando Estados Unidos busca fórmulas para aumentar la presión diplomática sobre Venezuela y debate nuevas sanciones, Rusia muestra de nuevo su apoyo a Nicolás Maduro. Con su visita a Caracas esta semana, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha dejado claro que Moscú sigue ahí y que busca ampliar su influencia. Y casi al tiempo que Lavrov, uno de los miembros del Ejecutivo ruso más cercanos a Putin, estrechaba la mano de Maduro en el Palacio de Miraflores, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por cerca de 60 países, se reunía con Donald Trump en la Casa Blanca y era ovacionado al unísono por el Congreso estadounidense en Washington.
JF