En medio del desastre, generado por la pandemia, se multiplican los reclamos del arco opositor ante una larga lista de decisiones del gobierno nacional que ya no dejan dudas acerca de su intencionalidad. Son hechos, no palabras ni suposiciones, los que corresponde considerar para arribar a la conclusión más temida: comenzó la deriva autoritaria. El peor de los virus se despertó, los remedios conocidos no están surtiendo efecto y la vacuna no aparece.
De mil maneras, en público y en privado, se le pide al gobierno que escuche las voces de quienes, según el resultado de las últimas elecciones, representan a la mitad de los ciudadanos. Las opiniones de calificados líderes políticos, economistas, intelectuales y académicos, tanto de nuestro país como del exterior, advierten sobre las consecuencias institucionales de transgredir preceptos constitucionales tales como la delegación de facultades del Poder Legislativo, lo que en la práctica deposita en manos del Poder Ejecutivo la suma del poder público.
El lunes pasado, el Senador Nacional Luis Naidenoff –UCR Formosa- y presidente del interbloque de Juntos por el Cambio emitió una gacetilla con el siguiente título “La pandemia es un saco a medida de un Gobierno que no tienen ningún plan económico”
La declaración fue extraída de una conversación mantenida por Facebook con la senadora nacional Silvia Elías –UCR Tucumán- en la que manifestó: “El gobierno tiene la suerte de contar con una oposición responsable, que ha acompañado las medidas en materia de salud en el contexto de la pandemia, porque entendemos que es una prioridad. Pero creo que hay una estrategia planificada de cercenar el funcionamiento del Congreso en estos días, y que la pandemia es un saco a medida de un gobierno que ha demostrado no tener ningún tipo de plan en materia económica”.
Por su parte, la senadora Elías de Pérez agregó: “El congreso en tiempos de pandemia, es la vacuna contra el autoritarismo”, aludiendo al rol de control que tiene el parlamento, sobre todo luego de los casos de compras con sobreprecios de elementos necesarios para atender la emergencia social y sanitaria.
Naidenoff, en tanto, manifestó que en el gobierno debe primar el sentido común de convocar a todos los actores para escuchar las salidas de largo plazo. “En el interbloque tenemos la responsabilidad de trabajar de una manera mancomunada con el gobierno, y es lo que estamos pidiendo”.
“Prácticamente han mutilado al Poder Judicial con esta idea de las ferias continuas. Esto es muy preocupante. Que la pandemia no sea la excusa para que el autoritarismo termine cooptando el convivir cotidiano de los argentinos. Va más allá de la discusión de una ley, es el funcionamiento de la república”.
Sobre la base de esta línea argumental es necesario tener presente tres planos críticos que quedan definidos a partir de la irrupción de la pandemia: el primer plano es originado por el virus, al que podríamos denominar genéricamente el problema sanitario; el segundo plano está relacionado con el impacto económico y social producido por la parálisis impuesta por la cuarentena y el aislamiento, con su previsible secuela de recesión, desocupación y conflicto social; y por último, el tercer plano es la infección del Estado de Derecho que la pandemia introdujo en un sistema plagado de comorbilidad institucional.
Este escenario no es producto de casualidades y quienes tienen la mayor responsabilidad, es decir quienes están al frente del Poder Ejecutivo, disponen de los instrumentos para reparar los desequilibrios producidos. El oficialismo tiene dos caminos, el que transita hasta ahora culmina en una mayor concentración de poder y no tiene retorno, si de respetar la Constitución se trata. Y el otro camino, el virtuoso, es el que exige tolerancia, consenso, buena fe, paciencia, seguridad jurídica y es el único posible para fortalecer a la democracia, nuestro sistema de vida. Hasta ahora.
CC.
