«Guardo por todos los líderes el respeto que se merecen aunque no pienso igual a muchos” afirmó el mandatario argentino en un tramo de sus discurso, en la reunión virtual del bloque regional. Ante sus actuales socios los presidentes de Uruguay, Paraguay y Brasil, Alberto Fernández efectuó un llamado a la unidad, pero tuvo un cuestionamiento a quienes buscan “su suerte individualmente”.
Más de uno, de los presentes, habrán recordado la contundente definición de Fernández ante Lula Da Silva, en un Zoom organizado por la Universidad de Buenos Aires, cuando dijo: “A duras penas somos dos que queremos cambiar el mundo. Uno está en México, se llama Andrés Manuel López Obrador y otro soy yo». Los actuales presidentes de la región quedaron afuera, y Fernández reforzó su visión de la “Patria Grand”, proyecto impulsado por Hugo Chávez, Néstor Kirchner y Lula, y enfatizó: “Estamos llamados a ser un gran país de América latina en un mundo distinto, un mundo globalizado. Renegar de ello es una zonzera”.
El presidente Fernández mostró su distancia ideológica con los actuales mandatarios de la región, pero trató de no romper puentes y mantener la vigencia del Mercorus, y señaló: «Guardo por todos los líderes el respeto que se merecen aunque no pienso igual a muchos. Sé que mi paso por la historia argentina es un paso y no tengo derecho a frustrar la aspiración continental que tenemos que unirnos y crecer juntos simplemente porque no pienso igual. Estoy aquí para que nos unamos. La historia nos ha dado la oportunidad de revisar lo que se ha hecho y hacerlo de otro modo».
Fernández trató de limar asperezas y buscó mostrar cercanías que sus socios del bloque regional, excepto con el mandatario de Brasil Jair Bolsonoras, así llamó «querido amigo» al presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y «Marito», al presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez. También llamó «amigo» a Josep Borrell, jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE) y reiteró: «Más allá de lo que nosotros pensemos estamos obligados a buscar un destino común porque son nuestros pueblos los que nos exigen que así sea».
Jair Bolsonaro, el jefe de Estado de Brasil, en una exposición que solo duró cinco minutos, después de que hablara Alberto Fernández, a quién no se refirió en ningún momento, destacó que: “durante la pandemia el Mercosur no dejó de funcionar y apeló a todos los presidentes a avanzar en negociaciones por acuerdos de libre comercio con diferentes países como Canadá, Líbano, Singapur y Corea del Sur”. Las negociaciones están avanzadas con estos dos últimos países y son los que la Argentina había puesto reparos a la hora de negociar ante eventuales desigualdades en términos económicos y comerciales. Bolsonaro, también, reclamó una “necesaria reestructuración interna” del Mercosur que alcance el régimen de las tarifas internas, el régimen automotriz y azucarero.
Al iniciar la sesión de la cumbre de presidente de Paraguay Abdo Benítez informó que el Mercosur está avanzando en negociaciones comerciales con Canadá, EFTA, Singapur y Corea del Sur. Y también hizo un repaso de todas las negociaciones y avances que hubo durante el tiempo en que Paraguay fue presidente pro témpore del bloque hasta hoy. Benítez insistió en su discurso con la reformulación del Arancel Externo Común (AEC) del grupo, uno de los temas que genera disidencias entre la Argentina y el resto de los socios. Brasil, Uruguay y Paraguay reclaman una reducción contundente de esos aranceles al comercio exterior, el gobierno de Fernández se opone. El plan, impulsado con fuerza por Bolsonaro, pretende bajar el arancel del 14% actual en promedio a otro alrededor del 5%.
Finalmente el mandatario uruguayo Lacalle Pou, que asumió la presidencia “pro tempore” del Bloque Regional, pidió avanzar con las negociaciones de libre comercio con países como Corea del Sur, pero admitió que «es mejor no avanzar» si los países «no están dispuestos a terminar el proceso». «No deben existir alineamientos políticos del bloque. Somos gobernantes circunstanciales», con lo que trató de limar las rispideces que diplomáticamente se encuentran colocadas detrás de un telón que evita confrontaciones internas, en un golpeado Mercosur.
Al cierre de la cumbre seguro quedó en la mente de los asistentes una expresión del presidente Fernández: “Como dice el Papa Francisco, nadie se salva solo. Por más que algunos tengan camarotes de lujo, todos estamos en este barco tambaleando en la pandemia».
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