viernes 26 abril 2024

Nicaragua. Ortega revive el proyecto del Canal Interoceánico, reconoce a China y rompe con Taiwán

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Managua. «El Gobierno de la República de Nicaragua declara que en el mundo solo existe una China. La República Popular China es el único gobierno legítimo», ha expresado el ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, Denis Moncada, en un comunicado recogido por el diario ‘La Prensa’.

Moncada ha añadido que Taiwán «es parte inalienable del territorio chino» y, pese a que es un importante donante del país en términos económicos y es un aliado clave en el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), ha decidido alinearse con China.

Pekín considera Taiwán como parte de su territorio pese a que es independiente ‘de facto’ desde el final de la guerra civil china en 1959. Pero la movida diplomática del dictador Ortega responde a su objetivo de volver a impulsar la construcción de un Canal Interoceánico que una el mar Caribe y el Pacífico, paralelo al canal de Panamá, proyecto por el que China está particularmente interesada.

El gobierno otorgó en 2013 los derechos exclusivos para construir y operar un canal de 276 kilómetros  de largo entre el litoral Pacífico y el Atlántico a la firma china HKND Group, sin embargo, tras seis años sin que se inicien las obras y luego de varios aplazamientos, la construcción quedó suspendida de forma indefinida y el empresario chino Wang Jing, propietario de HKND, no volvió a aparecer en público.

Con un costo superior a los 50.000 millones de dólares, el Gran Canal Interoceánico de Nicaragua triplicaría el tamaño de la famosa vía panameña, y agilizaría el cruce de 5.000 barcos de gran calado cada año entre los océanos Pacífico y Atlántico. Sin embargo, su ruta atravesaría el lago Cocibolca, considerado la fuente de agua dulce más grande de América Central, lo cual inquietó a grupos ambientalistas que advirtieron las amenazas para el ecosistema local.

Para los detractores del megaproyecto, ni HKND ni el Gobierno tenían la experiencia y capacidad para encarar tamaña obra sin desatar una catástrofe ambiental sin precedentes en América Latina, pues la misma pasa por áreas frágiles social y ecológicamente. Los activistas aglutinados en el denominado ‘Grupo Cocibolca’ recomendaron estudios adicionales para medir los riesgos ante actividades sísmicas, así como el impacto que tendría el dragado en el lago, y la inevitable salinización de las aguas lacustres.

Amén de las amenazas ambientales, el proyecto demandaría la eventual expropiación de unos 2.909 kilómetros cuadrados de tierras sobre la ruta, lo cual provocaría el desplazamiento forzado de miles de campesinos e indígenas, muchos de los cuales no están de acuerdo con la oferta del Gobierno de ser reubicados en lugares con mejores condiciones.

De concretarse el desarrollo del proyecto, por ahora suspendido, dentro del programa “Belt and Road” a través del cual China está efectuando inversiones multimillonarias  en dólares, particularmente aplicadas a obras públicas, el gobierno de Xi Jinping estaría consolidando su presencia en Centroamérica con impacto en Sudamérica, objetivos sobre los que viene trabajando desde hace ya tiempo..

Pero con el control de ese canal bioceánico,China «Tendría un acceso estratégico muy cerca de América del Norte, que en este momento no tiene” afirma Heinz Dieterich, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de México y agrega»Para China sería un éxito geopolítico frente a Estados Unidos y una respuesta a lo que hace Washington, al efectuar alianzas» en la región cercana al gigante asiático.

INT/ag.europapress.vfn/rp.

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