El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha afirmado que Moscú no ha tenido relaciones diplomáticas con la Unión Europea desde que Bruselas trasladase su apoyo a las revueltas del Euromaidán en 2014, que derivaron en la salida del entonces presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, afín a Rusia.
Según ha explicado Lavrov, Occidente apoyó a la oposición ucraniana en aquellas protestas y la posterior salida de Yanukovich, un movimiento político que desde Moscú fue considerado como una suerte de golpe de Estado y en base a la que, en parte, justificó su operación de adhesión de la península de Crimea, antecedente del actual conflicto en Ucrania.
«La Unión Europea no encontró el coraje para razonar con los golpistas, que tomaron el poder ilegalmente y, de hecho, comenzó a apoyarlos en la ofensiva, incluida la física, contra los habitantes de Crimea y el este de Ucrania», ha aseverado Lavrov, según recoge la agencia rusa de noticias TASS.
En este punto, Lavrov ha lamentado que los Veintisiete «destruyeron todos los mecanismos que se habían creado» entre Rusia y Bruselas a lo largo de varias décadas. El ministro ruso se ha referido así a las cumbres bianuales entre ambas partes, así como los acuerdos alcanzados en materia de visados y otros asuntos.
«Todo esto se vino abajo de la noche a la mañana», ha indicado Lavrov tras reunirse este jueves con su homólogo bielorruso, Vladimir Makei, con quien además ha coincidido en señalar que un nuevo ‘telón de acero’ «está ya descendiendo» entre Rusia y Occidente, apunta la agencia de noticias Intefax.
«Los contornos de la ‘Cortina de Hierro’ no solo se vislumbran en el horizonte. De hecho, sus cimientos ya se han erigido», ha aseverado Makei, quien ha acusado a las potencias occidentales de levantar estos impedimentos con, por ejemplo, la construcción de un muro entre Polonia y Bielorrusia.
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