viernes 19 abril 2024

“Por la paz y la fraternidad” el oficio religioso realizado en la Basílica de Lujan agitó malestar en un sector de la Iglesia Católica

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Con una concurrencia exclusivamente  oficialista, encabezada por el presidente Alberto Fernández, en la Basílica de Luján se ofició la misa “por la paz y la fraternidad”, en la que además se rezó por la vicepresidenta Cristina Kirchner, a diez días del ataque que sufrió frente a su domicilio.

El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, advirtió que el país enfrenta “un tiempo extremadamente delicado y la paz social está frágil y amenazada”. Pero en una autocrítica que llamó la atención, pidió disculpas por las desprolijidades de la convocatoria, que generaron confusión y llevaron a los principales dirigentes de la oposición a no participar de la celebración.

 “Me equivoqué, metí la pata”, dijo el arzobispo sobre el final de la celebración, al admitir errores en los preparativos de la iniciativa, que suscitaron malestar en sectores de la Iglesia. Como suele ocurrir en el interior de la conducción eclesiástica, la disconformidad no se refleja en declaraciones altisonantes, sino en sugestivos silencios.

El arzobispo Scheinig explicó que la Conferencia Episcopal Argentina decidió promover durante este fin de semana en todo el país una oración por la paz y la fraternidad, para acompañar la colecta Más por Menos, aunque no se pensó en una celebración central.

“Cuando el intendente de Luján me propuso hacer esta misa le dije que sí. Pero la envergadura de la misa creció y yo quiero pedir disculpas”, señaló, en un mensaje destinado no solo a los presentes, sino seguramente a quienes no compartían el sentido de la celebración, interpretada como una concesión a los intereses kirchneristas .En pocas palabras, un acto político respaldado por la Iglesia Católica en la basílica más importante del país.

La invitación del Episcopado no motivó celebraciones similares en otras diócesis, por lo que la convocatoria en Luján no fue acompañada por la mayoría de los obispos.  Scheinig explicó que la organización partió del intendente de Luján, Eduardo Boto (Frente de Todos), en una convocatoria “abierta a todas las fuerzas políticas”. En fuentes católicas llama la atención que en una celebración de ésta naturaleza, no haya sido la Iglesia la que convocara a todos los sectores políticos, económicos y sociales, y que la misma haya sido efectuada desde el oficialismo. Sorprende que el arzobispo Scheinig, no  haya tenido en cuenta el escenario político actual y haber, en consecuencia, adoptado las prevenciones del caso.

Además del Presidente, se ubicaron a pocos metros del altar el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, entre otros.  Al lado de Fernández se ubicó el expresidente Eduardo Duhalde, quienes en silencio escucharon decir al arzobispo: “Si nos encerramos vamos al choque, al enfrentamiento, a la disolución. Si nos abrimos [al diálogo], podemos encontrarnos, escucharnos, dialogar, trabajar por el bien común, fortalecer la democracia y reconstruir con esperanza la patria herida”, dijo el arzobispo, al citar pasajes de la encíclica Fratelli tutti, de Francisco. Lo acompañaron el vicario episcopal para las Villas de Emergencia, el obispo Gustavo Carrara, y varios sacerdotes que integran el equipo de curas villeros. Hubo también presencia de dignatarios de otras confesiones religiosas.

Formado en la diócesis de San Isidro, Schenig, de 63 años, trabajó varios años con el cardenal Jorge Bergoglio en la pastoral urbana del área metropolitana. Francisco lo nombró en la arquidiócesis de Mercedes-Luján, primero como obispo auxiliar, en 2017, y dos años después como arzobispo. En el Episcopado integra la Comisión de Pastoral Social.

P/ag.ln.mdv.cl.ifb.vfn/gr.rp.

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