viernes 26 abril 2024

Confusión por la jugada de Massa que sacrifica el 10% de las reservas

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La recompra de títulos de deuda por US$ 1.000 millones se anunció en medio del alza del blue y un clima de «desasosiego» con sindicatos y piqueteros controlando precios. Antes del anuncio hubo mayores operaciones con esos bonos para beneficio de algunos pocos.

Una de las máximas del ex presidente uruguayo, Julio María Sanguinetti, es que “en la democracia es mucho más importante lo que uno evita que lo que uno hace”. ¿Qué buscó evitar Sergio Massa con la recompra de una mínima porción de deuda?

La medida, justo en la semana en la que camioneros y piqueteros se lanzaron sobre los supermercados, fue leída como el intento de retomar la iniciativa en medio de un clima de “desasosiego” con el alza del blue y su impacto en la inflación. Una sombra sobre la economía.

Cuentan que el equipo económico lo analizaba desde hace un tiempo. ¿A alguien se le escapó el secreto? Hubo un mayor volumen de operaciones con los bonos el último martes, 24 horas antes del anuncio. Unos cuantos hicieron diferencia comprando a precio vil para venderlos al Tesoro.

Difícil identificar quiénes fueron en una Argentina en la que la AFIP lo sabe todo. Pero la Comisión Nacional de Valores se encoge de hombros al señalar que en el caso de operaciones que terminan en el exterior no puede llegar más allá del nombre del broker.

Lisandro Cleri, vice del Central, motorizó esta recompra en la que el organismo será intermediario en una operación en la que sacrifica el 10% de sus reservas netas en nombre de bajar la brecha cambiaria.

En esas oficinas agradecen el reciente swap concretado con China y que se oficializó en la reunión de banqueros centrales en la suiza Basilea. Afirman que son US$ 5.000 millones de libre disponibilidad a raíz del déficit comercial de US$ 8.000 millones que Argentina tiene con el gigante asiático.

Su uso es caro con una tasa que los privados sitúan en 8%, 2 puntos más de la que hoy se le paga al FMI.

Un banquero evaluó la recompra como un globo de ensayo por la magnitud, que es pequeña en monto al tratarse de US$ 1.000 millones, pero importante como señal: “Muestra que están dispuestos a honrar la deuda, en un contexto que por la magnitud de los vencimientos había demasiadas dudas hacia 2024”.

Parte de esos temores están alimentados por la deuda en pesos que llega al 14% del PBI, la mitad en el sector público que arriesga la plata de los jubilados. La otra mitad se reparte entre bancos, fondos comunes de inversión, compañías de seguro. Si hay confianza es manejable, aseguró el banquero que concluye:“Llegan, no estalla”.

Para Andrés Borenstein, economista jefe de Econviews, “el foco es bajar la brecha. La idea de mejorar el perfil de la deuda está bien, pero no se va a lograr acceder a los mercados y se usan dólares que no hay”.

En otros sectores, como el de consumo masivo lo que ya no hay, es confianza. Un CEO contó que ni siquiera se pusieron en contacto para advertirle que llegaban “inspectores pesados”, pese a una relación cotidiana. Acumulan todo tipo de reproches. Curioso, porque en esas compañías describen a Massa como un ministro que cumple acuerdos y advierte cuando no puede hacerlo.

En ese ambiente llamó la atención el informe de una analista de un banco de inversión. “Hay caos interno y movimientos que forman parte del congraciarse con Cristina Kirchner. El principal problema es la inflación, si la bajan será reactivante. Pero un gobierno de salida no sella acuerdos de precios y salarios para frenar la indexación”. Sin esa posibilidad, están los camioneros para disciplinar.

En depósitos y supermercados notaron coordinación ya que a la hora señalada se desplegaron en simultáneo y sin aviso. Los privados lo viven como una provocación en medio de una puja con los supermercados que aseguran que los fabricantes no les envían lo solicitado en medio de alta demanda por los productos de Precios Justos.

Hay quejas por pedidos que se completan por la mitad en el mejor de los casos ante trabas de producción y la posibilidad de venderlos más caro en los autoservicios que no participan del programa.

Hay otras curiosidades. Ni camioneros ni piqueteros fueron a las fabricantes de alimentos. Eso explica por qué Copal, que las aglutina, no emitió comunicado de repudio. Tampoco los súper pidieron solidaridad frente a un Pablo Moyano que conocen muy bien ya que les vive disputando la sindicalización de los empleados.

Para el economista Pablo Madanes, “una pieza clave del plan aguante de Massa consiste en tener estabilizado para abril un índice de alrededor del 4%. Una cosa es obtenerlo por un cambio de expectativas producto de reducción del déficit, de la emisión monetaria y afluencia genuina de dólares. Y otra es con mayor represión de control de precios y un mayor torniquete de cepo, multiplicando tipo de cambios diferenciales y aumentando el desaguisado de precios relativos”. Un dato: en Economía se preparan para marzo un dólar soja 3.

La UIA, en cambio, se alista para la llegada de Lula el próximo lunes. En la central industrial tomaron nota de lo que ocurrió en la poderosa Fiesp que expresa a los industriales de San Pablo. Echaron por 47 votos contra uno al presidente, José Gomes da Silva, nada menos que el hijo de José Alencar, quien acompañó como vicepresidente a Lula durante los 8 años de gestión.

Una manera de marcar distancia en medio de un Brasil fracturado. Paulo Skaf, ex presidente durante años de la Fiesp, se declaró abiertamente pro Bolsonaro. La noticia fue un balde agua fría para Daniel Scioli.

El brasileño desembarca con una nutrida delegación de industriales, muchos como frigoríficos y textiles con fuerte inserción en Argentina. “Lula en el Planalto puede ayudar a una mejor inserción del Mercosur en el mundo. En particular, puede revitalizar el acuerdo Mercosur-Unión Europea, que sería clave para una Argentina que, desde la crisis del 30, estuvo perjudicada por el proteccionismo europeo. En una América Latina tan polarizada, Lula también juega como un factor de estabilización”, comentó el ex rector de la Di Tella, Ernesto Schargrodsky.

Los industriales vernáculos parecen haber tomado nota. Decidieron que es mejor seguir con Daniel Funes de Rioja como presidente que ensayar algún cambio en este desafiante 2023 y ante el comienzo de un nuevo gobierno. Habrá lista de unidad y renovación de mandato por aclamación a quien había dicho que solo se quedaba dos años en el cargo.

A todo esto, Guillermo Michel desde la Aduana hace gala de querer “quebrar el gran negocio que consiste en operar sobre la brecha cambiaria”. La nueva modalidad para las importaciones, detecta si se pidió una cautelar y en ese caso queda automáticamente excluido.

Así eliminó US$ 2.600 millones en cautelares judiciales. Y abrió un canal verde especial para Vaca Muerta, insumos medicinales y fertilizantes para el campo. Michel confiesa que recibe incesantes reclamos de gobernadores como el del entrerriano Bordet por resinas para la industria forestal.

Un montón se queda afuera. En una carta a Sergio Massa, Trinidad Tizado, presidente Tubos Trans Electric, líder en grandes transformadores eléctricos, reveló otro aspecto: las dilaciones de más de cinco meses en la aprobación de trámites para poder importar.

Son los Certificados de Tipificación de Importaciones Temporarias por parte del INTI. “Esos insumos son necesarios para la fabricación, se generan atrasos y pone en riesgo la continuidad del suministro eléctrico en centrales y parques eólicos, además de exportaciones de alto valor agregado y a destinos de difícil ingreso como EE.UU”, describió.

“Después nos preguntamos por qué no vienen inversiones”, se ofuscó otra empresaria al contar que un fondo de Brasil que vino a sumar una compañía a valor irrisorio frenó la apuesta el último diciembre.

Eso sí, en el mayor fondo inversor del mundo, BlackRock, con acciones en YPF, desmienten que Argentina esté fuera del radar. “Analizamos todo, todo el tiempo. Hasta un reloj descompuesto da la hora correcta una vez al día”, deslizan en obvia alusión al funcionamiento del país.

Entre tanto, se decidió emitir billetes de mayor nominación. Serán de $ 2.000 y de $ 5.000. Se quiebra de este modo una máxima de Cristina que siempre se opuso a los de mayor valor para no convalidar oficialmente la inflación.

En medio de una economía que no da tregua, hubo horas de debate acerca de quiénes serán las caras de los nuevos billetes. Incluso se propuso que fueran escritores como en Uruguay. Optaron por los próceres. A diferencia de lo que ocurrió con la recompra de bonos, con un secreto que se levantó para beneficio de unos pocos, esta vez el nombre de esos próceres, mujeres y hombres, está bien guardado.

EN/ag.cl.ln.ifb.vfn/gr.

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