jueves 25 abril 2024

Producción cárnica. El gobierno toma  medidas que son una maquillaje de otras recetas que no funcionaron

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En un informe que hizo para el Centro de Ingenieros Agrónomos (Cadia), Andrés Halle, de la consultora Econoagro, trazó, entre otros puntos, diferencias y similitudes con la seca de 2008/2009, considerando diversas variables. A modo de ejemplo, señala que la cantidad de explotaciones agropecuarias es “sensiblemente menos a la de 14 años atrás”. Así, mientras el censo agropecuario de 2002 contabilizó 333.533 Explotaciones Agropecuarias (EAP), para el censo de 2018 el número había bajado a 250.881. “El hecho de que haya tantas menos es producto, además de las contingencias climáticas, de las malas políticas agropecuarias. Esta concentración seguramente ha significado que las que quedan tengan más y mejores recursos para sobrevivir que las que desaparecieron, esto se traduce en mejores herramientas para atravesar la crisis”, apunta.

Halle también hace otras comparaciones contra la sequía de 2008/2009 que involucran a la producción de carne. “La producción es prácticamente la misma, estancada en algo más 3.1 millones de toneladas”, señala. Agrega: “En diciembre de 2008 el stock era de 55,4 millones de cabezas, dos años después [en medio de la gran liquidación] había caído a 48,8 millones. En diciembre de 2022 el stock era de 53,4 millones”. Entre otros tantos datos relevantes, allí se consigna que durante 2022 el precio promedio del novillo en pesos constantes estuvo un 38% por encima del promedio de 2008/09. “El ternero tuvo en 2022 un precio 89% mayor al promedio de 08/09″, detalla.

Otros datos interesantes: la exportación subió su volumen casi un 86%, el consumo interno de carne cayó de 68 a 49 kilos y “el salario mínimo vital y móvil se desplomó en términos reales un 38%, si se compara 2022 vs el promedio de 2008/2009″.

Todos estos datos dejan a la luz, por ejemplo, que el país sigue sin tener un crecimiento relevante en la producción de carne vacuna y no terminó de recuperar el rodeo perdido en medio de la sequía de 2008/2009 y las políticas intervencionistas del kirchnerismo.

A esto se podría agregar otra cosa que se repite: la obsesión del kirchnerismo, otra vez materializada esta semana con el anuncio del ministro de Economía, Sergio Massa, de querer mantener controlado el precio de la carne, olvidando la pérdida de poder adquisitivo generada por el mismo proceso inflacionario que el Gobierno no frena. Hubo medidas para los consumidores de carne vacuna, las carnicerías y, además, para los productores ganaderos. Para los primeros se anunció la adhesión de las empresas exportadoras de carne a Precios Justos para incrementar la oferta de los 7 cortes a precios diferenciales.

No es una medida inocua. “Son medidas para decir estoy haciendo algo. Arreglarán algún intercambio con los frigoríficos y tratarán de usar esos precios para el IPC [Índice de Precios al Consumidor] aunque represente el 5% del consumo”, sostiene Halle.

Las medidas del Gobierno se completan con reintegros para la compra del producto con tarjeta de débito bancaria y no bancarias y beneficios por el lado impositivo para las carnicerías.

Y, volviendo a lo estrictamente agropecuario, se anunció que los productores podrán acceder a subsidios por hasta el 40% del alimento necesario para la terminación de los animales en feedlot (se podrán ingresar hasta 100 animales exclusivo para el mercado interno). Si bien falta conocer la letra chica, no es una compensación al feedlot, sino al que tiene la hacienda en general.

En diciembre de 2008 el stock era de 55,4 millones de cabezas, dos años después [en medio de la gran liquidación] había caído a 48,8 millones. En diciembre de 2022 el stock era de 53,4 millones

“Nadie sabe como será porque se habló en forma general pero no de cómo se instrumentará”, apuntó el consultor Víctor Tonelli. Según Tonelli, el anuncio de que habrá un 25% más de oferta en los próximos cuatro meses con el programa es un “dibujo técnico”. Tonelli repara que, ya por efecto de la sequía, se registrará lo siguiente: 500.000/600.000 vacas vacías adicionales que son, aproximadamente, 130/150.000 toneladas res extra.

Halle añade sobre esta medida del Gobierno: “Me gustaría ver cómo van a implementarlo para que no haya irregularidades como ya pasó en la época de la exOncca cuando estaba Ricardo Echegaray y los cartoneros que tenían feedlots”. En su óptica, estas cosas “siempre intervienen en la formación libre de precios. Esta herramienta de ser aplicable fomentará menores pesos de faena”. Subraya que en ganadería son todos vasos comunicantes y no hay medidas que afecten a un solo eslabón de la cadena. En ese sentido, dice que las medidas “no buscan defender al productor” mientras “el más perjudicado siempre en estos casos es el criador”. En síntesis: medidas con un maquillaje de otras recetas que no funcionaron. EN/ag.ln.fb.vfn/gr.

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