Moscú. El presidente ruso, Vladimir Putin, prometió el sábado un duro castigo para los organizadores de una rebelión armada encabezada por el jefe mercenario Yevgeny Prigozhin, quien sacó a sus tropas de Ucrania y avanzó hacia Moscú.
Putin denunció el levantamiento como “una puñalada por la espalda” en un discurso a la nación. Fue la mayor amenaza para su liderazgo en más de dos décadas en el poder.
Mientras las fuerzas de Prigozhin avanzaban hacia la capital, se vieron camiones militares y vehículos blindados en varias partes de Moscú. En su borde sur, las tropas erigieron puestos de control, colocaron sacos terreros y colocaron ametralladoras.
Las autoridades declararon un “régimen antiterrorista” en la capital y la región circundante, mejorando la seguridad y restringiendo algunos movimientos.
El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, instó a los residentes a no conducir y dijo que los servicios clave de la ciudad estaban muy preparados. Declaró el lunes como día no laborable para la mayoría de los residentes excepto los servidores públicos y algunas empresas industriales.
Los equipos también excavaron partes de las carreteras en un aparente intento de frenar la marcha del ejército mercenario de Wagner. Se cerró el acceso a la Plaza Roja, se evacuaron dos importantes museos y se cerró un parque.
El ejército privado de Prigozhin parecía controlar el cuartel general militar en Rostov-on-Don, una ciudad a más de 1.000 kilómetros (660 millas) al sur de Moscú que dirige las operaciones rusas en Ucrania, dijo el Ministerio de Defensa británico.
Las tropas y el equipo de Wagner también estaban en la provincia de Lipetsk, a unos 360 kilómetros (225 millas) al sur de Moscú, donde las autoridades “están tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la población”, dijo el gobernador regional Igor Artamonov, a través de Telegram. No dio más detalles.
Los dramáticos acontecimientos se produjeron exactamente 16 meses después de que Rusia lanzara su invasión a gran escala de Ucrania, el conflicto más grande de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, que ha matado a decenas de miles, desplazado a millones y reducido ciudades a escombros.
Los ucranianos esperaban que las luchas internas rusas crearan oportunidades para que su ejército recuperara el territorio incautado por las fuerzas rusas.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, dijo que Moscú sufre una “debilidad a gran escala” y que Kiev estaba protegiendo a Europa de “la propagación del mal y el caos rusos”.
En su discurso, Putin calificó las acciones de Prigozhin, a quien no mencionó por su nombre, de “traición” y “traición”.
“Todos los que prepararon la rebelión sufrirán un castigo inevitable”, dijo Putin. “Las fuerzas armadas y otras agencias gubernamentales han recibido las órdenes necesarias”.
Los servicios de seguridad de Rusia, incluido el Servicio de Seguridad Federal, o FSB, pidieron el arresto de Prigozhin el viernes por la noche después de que declarara la rebelión armada.
Prigozhin dijo que sus combatientes no se rendirían, ya que “no queremos que el país viva en la corrupción, el engaño y la burocracia”.
“En cuanto a la traición a la patria, el presidente se equivocó profundamente. Somos patriotas de nuestra patria”, dijo en un mensaje de audio en su canal de Telegram.
“Esto no es un golpe militar, sino una marcha de la justicia”, dijo Prigozhin.
Prigozhin dijo que tenía 25.000 soldados bajo su mando e instó al ejército a no ofrecer resistencia.
INT/ag.agencias.europapress/rp.
