“El programa descarriló”, afirmó ayer el Fondo Monetario sobre el acuerdo y metas que la Argentina y el organismo firmaron en marzo de 2022. Un año y medio después la mayoría de aquellos números y compromisos firmados por Martín Guzmán son papel mojado pese a que el ministro de Economía, Sergio Massa, intentó desde febrero de este año recalibrar el programa y obtener una ayuda mayor que los US$ 7.500 millones desembolsados el jueves. Tan es así que se cambiaron las metas fiscales (en números nominales, en porcentaje del PBI sigue el déficit de 1,9% del PBI para este año) y de reservas.
El FMI, en su informe staff report, señaló que «el descarrilamiento» obedeció a tres motivos: “la histórica sequía, desvíos y demoras”, esto último, en referencia a la falta de aplicación por parte del Gobierno de correcciones que habían sido pactadas a lo largo de este tiempo.
El escrito del FMI consiste en una evaluación que hacen sus economistas sobre el desempeño pasado y las perspectivas de la economía como condición de desembolsos futuros. En ese sentido, deja en claro al menos tres puntos sobre el desempeño del Gobierno, de la economía y de los eventos a lo largo de estos meses.
Primero: las metas del segundo trimestre no se cumplieron por poco. «Los criterios de desempeño de fines de junio para la acumulación de reservas internacionales netas, el equilibrio fiscal primario y la financiación del déficit fiscal no se cumplieron por amplios márgenes».
Segundo: si bien el organismo reconoció la existencia de un evento extraordinario como la sequía este verano pasado -provocó una caída de 37% de los volúmenes exportados en la agricultura-, habla de que las autoridades priorizaron «la estabilidad de corto plazo» por encima de la «agenda estructural». Y que hubo «demoras» en completar la revisión quinta del acuerdo -debería haberse finalizado en junio- y los esfuerzos para bajar la inflación y acumular más reservas directamente han sido «esquivos».
Por último, y tercero: el FMI advirtió que «la inflación se ha desanclado». Estima ahora 120% para el año -por debajo de las expectativas del mercado-, aunque condiciona la factibilidad de esta proyección a qué proporción del aumento del dólar oficial de 20% del lunes 14 de agosto, se traslade a precios. El organismo bajó el pronóstico de crecimiento para la Argentina: espera ahora una contracción del PBI de 2,5% (antes preveía un leve crecimiento de 0,2%).
Luego de largas negociaciones que llevaron más de un semestre, el Directorio del Fondo Monetario Internacional aprobó finalmente este miércoles el desembolso de US$ 7.500 millones de la quinta y sexta revisión del programa. La Argentina necesita esa plata para pagarle al mismo organismo las cuotas del préstamos que pidió en 2018 por US$ 54.000 millones. Como no la consiguió a tiempo, tomó deuda de la CAF, Qatar y China.
Las revisiones del FMI consisten en evaluaciones que su staff hace sobre el grado de cumplimiento o no de un país sobre las metas comprometidas. En el caso de la Argentina evalúa tres variables: el nivel de déficit fiscal, la acumulación de reservas y cuánta plata el Banco Central le gira al Tesoro para financiar sus necesidades. La Argentina cumplió una sola de esas tres metas en la quinta revisión (los números que van desde enero a marzo). Y ninguna en la sexta (abril-junio).
«El descarrilamiento» del programa, como el FMI ha bautizado a la performance del acuerdo en estos meses, ocurrió no solo por el impacto de la sequía sino también por decisiones de Massa que el staff no pasó por alto en estos meses. Por ejemplo la aprobación de una moratoria previsional en abril pasado -señalada en el reporte de la cuarta revisión- o que el Gobierno no aumentara el precio del dólar al mismo ritmo que el resto de los precios de la economía, atrasando el tipo de cambio, impulsando la demanda de importaciones por encima de lo recomendado y obligando al organismo a publicar un informe tan solo un mes atrás diciendo que el Gobierno debiera subir el dólar arriba de $ 310: semanas más tarde lo subía a 365,50 pesos.
«Las autoridades están implementando ahora un paquete de medidas para encarrilar el programa”, dijo el reporte. Agrega que en septiembre habrá subas de luz para los hogares de ingresos bajos y medios y comercios. En el Gobierno y en el mercado dudan que se aplique dado el calendario electoral.
La demora de la Argentina en completar la revisión número 5 del acuerdo con el FMI provocó que el Banco Central no contara con dólares suficientes para afrontar los vencimientos de junio y julio al organismo (unos US$ 5.300 millones). Estos los solventó, en parte, con préstamos de la CAF, Qatar y China. De ahí que para economistas como Miguel Kiguel y Jorge Neyro prácticamente de los US$ 7.500 millones desembolsados el jueves, queden menos de US$ 1.000 millones disponibles. «Las autoridades movilizaron un puente financiero para seguir al día con el FMI», dijo el staff. Señal de que el BCRA está sin reservas.
INT/ag.cl.ln.na.ifb./gr.