Moscú. Rusia indicó el viernes que estaba avanzando rápidamente hacia la revocación de su ratificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE) después de que el presidente Vladimir Putin planteara la posibilidad de reanudar los ensayos nucleares.
Putin dijo el jueves que la doctrina nuclear de Rusia -que establece las condiciones bajo las cuales presionaría el botón nuclear- no necesitaba ser actualizada, pero que aún no estaba listo para decir si Moscú necesitaba o no reanudar las pruebas nucleares.
El jefe del Kremlin dijo que Rusia podría considerar revocar la ratificación del TPCE, ya que Estados Unidos lo firmó pero no lo ratificó.
El principal legislador de Rusia, Vyacheslav Volodin, dijo entonces que la cámara baja del parlamento de la Duma Estatal consideraría rápidamente si era necesario revocar la ratificación del tratado por parte de Rusia.
Los comentarios de Putin y Volodin sugieren que Rusia está considerando seriamente revocar la ratificación del tratado, que prohíbe las explosiones nucleares por parte de todos, en todas partes.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que el objetivo sería lograr un «denominador común» entre Rusia y Estados Unidos. «Esto no constituye una declaración de intención de realizar pruebas nucleares», dijo a los periodistas.
Sin embargo, Putin había señalado esa posibilidad en sus comentarios del jueves. «Como regla general, dicen los expertos, con una nueva arma es necesario asegurarse de que la ojiva especial funcione sin fallas», dijo Putin.
Una reanudación de las pruebas nucleares por parte de Rusia, Estados Unidos o China podría indicar el inicio de una nueva carrera armamentista nuclear entre las grandes potencias que detuvieron las pruebas nucleares en los años posteriores al colapso de la Unión Soviética en 1991.
Para algunos científicos y activistas, el derroche de pruebas de bombas nucleares durante la Guerra Fría indicó la locura de una política nuclear arriesgada que, en última instancia, podría destruir a la humanidad y contaminar el planeta durante cientos de miles de años.
Pero la guerra de Ucrania ha elevado las tensiones entre Moscú y Washington al nivel más alto desde la crisis de los misiles cubanos de 1962, justo cuando China busca reforzar su arsenal nuclear para estar de acuerdo con su estatus de superpotencia emergente.
Rusia tiene actualmente alrededor de 5.889 ojivas nucleares , frente a las 5.244 de Estados Unidos, según la Federación de Científicos Estadounidenses. China tiene 410 ojivas, Francia 290 y Gran Bretaña 225.
Entre 1945 y el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares de 1996, según Naciones Unidas, se llevaron a cabo más de 2.000 ensayos nucleares: 1.032 por Estados Unidos y 715 por la Unión Soviética.
La Unión Soviética realizó pruebas por última vez en 1990 y los Estados Unidos en 1992. Pero han surgido señales de que las pruebas podrían reanudarse.
En 2020, el Washington Post informó que la entonces administración Trump había discutido la posibilidad de realizar una prueba nuclear.
Putin dijo el jueves que Rusia había probado con éxito un misil de crucero de propulsión y capacidad nuclear, el Burevestnik, cuyas capacidades calificó de incomparables.
China está construyendo cientos de silos de misiles balísticos intercontinentales, según la Evaluación Anual de Amenazas de 2023 realizada por la comunidad de inteligencia de Estados Unidos.
CNN informó este mes que las imágenes satelitales mostraban una actividad cada vez mayor en sitios de pruebas nucleares en Rusia, China y Estados Unidos.
Washington dice que China está reorientando su postura nuclear hacia una rivalidad estratégica con Estados Unidos y no está interesada en ningún acuerdo de control de armas que asegure el dominio nuclear de Estados Unidos o Rusia.
«China y Rusia están tratando de garantizar la estabilidad estratégica con Estados Unidos a través del crecimiento y desarrollo de una gama de capacidades armamentísticas, incluidas armas no tradicionales destinadas a derrotar o evadir las defensas antimisiles estadounidenses», según la evaluación de amenazas de Estados Unidos.
«En consecuencia, estas nuevas tecnologías probablemente desafiarán la forma en que los estados piensan sobre el control de armas, y esperamos que sea difícil lograr un acuerdo sobre nuevas definiciones de armas o medidas de verificación, particularmente a nivel multilateral».
INT/ag.agencias.europapress/re.rp.
