Jerusalén – El Cairo. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometió el martes seguir adelante con un asalto largamente prometido contra la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, cualquiera que sea la respuesta de Hamás a las últimas propuestas para detener los combates. y el regreso de los rehenes israelíes.
Las expectativas de que un acuerdo de alto el fuego podría estar a la vista han aumentado en los últimos días tras un renovado impulso liderado por Egipto para reactivar las estancadas negociaciones · Desplácese entre Israel y Hamas, el grupo islamista palestino gobernante en Gaza.
Sin embargo, Netanyahu dijo que con o sin acuerdo, Israel tenía la intención de continuar la operación para destruir las restantes formaciones de combate de Hamás en Rafah, donde más de un millón de palestinos de Gaza desplazados de sus hogares buscan refugio.
«La idea de que detendremos la guerra antes de lograr todos sus objetivos está fuera de discusión», dijo en un comunicado. «Entraremos en Rafah y eliminaremos allí a los batallones de Hamás, con o sin acuerdo, para lograr la victoria total».
Gaza, densamente poblada, ya ha sido devastada en gran medida por la campaña israelí y la presión internacional para un acuerdo para detener la guerra ha ido aumentando a medida que el conflicto se acerca al final de su séptimo mes.
El martes, cuando el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, llegó a Tel Aviv tras una visita a Riad para ayudar a avanzar en un acuerdo de normalización entre Arabia Saudita e Israel, el Departamento de Estado dijo que todavía no había visto un plan creíble para una operación israelí en Rafah.
El Ministro de Asuntos Exteriores francés, Stéphane Sejourne, también intervino y dijo a Netanyahu que seguir adelante con la operación de Rafah sería una «mala idea» que no resolvería nada.
Anteriormente, una persona cercana a Netanyahu dijo que Israel ha estado esperando que Hamas responda a las últimas propuestas de alto el fuego presentadas por Egipto, uno de varios mediadores extranjeros, antes de enviar un equipo a El Cairo para continuar las conversaciones.
Pero hasta ahora ha habido pocas señales de acuerdo sobre la diferencia más fundamental entre las dos partes: Hamás exige que cualquier acuerdo debe garantizar la retirada de las tropas y el fin permanente de la operación israelí en Gaza.
«No podemos decirle a nuestro pueblo que la ocupación continuará o que la lucha se reanudará después de que Israel recupere a sus prisioneros», dijo un funcionario palestino de un grupo aliado con Hamás. «Nuestro pueblo quiere que esta agresión termine».
Para Netanyahu, cualquier medida probablemente se verá afectada por las divisiones en su gabinete de coalición entre los ministros que presionan para traer de vuelta a casa al menos a algunos de los 133 rehenes israelíes que quedan en Gaza, y los partidarios de la línea dura que insisten en el asalto largamente prometido contra los batallones restantes de Hamás en Rafah.
Los funcionarios israelíes han dicho que la operación podría aplazarse si Hamás acepta el acuerdo que se le ofrece -que no incluye un alto el fuego definitivo pero sí el regreso de 33 rehenes vulnerables -mujeres, niños y personas con salud frágil- a cambio de un número mucho mayor de prisioneros palestinos y una pausa limitada en los combates.
«En lo que respecta a Israel, esta es la última oportunidad de detener una operación en Rafah. Las FDI ya han comenzado a movilizar tropas para esa operación», dijo un segundo funcionario israelí, que habló bajo condición de anonimato debido a la naturaleza delicada del asunto. negociaciones.
El ejército israelí dijo que dos divisiones que abandonaron Gaza la semana pasada estaban reacondicionando y reparando equipos y realizando ejercicios de entrenamiento y evaluación operativa en preparación para continuar las operaciones en el enclave.
Sin embargo, surgieron algunas dudas sobre si las repetidas declaraciones de una operación inminente tenían como objetivo principalmente una táctica de negociación para presionar a Hamás.
Un funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, dijo que las repetidas promesas de Netanyahu de lanzar una ofensiva israelí en Rafah estaban «definitivamente destinadas a ejercer presión en este momento».
«No está claro si él (Netanyahu) está comprometido a largo plazo» con el asalto a Rafah, dijo el funcionario.
La posición de Netanyahu se ha visto complicada por los rumores de que la Corte Penal Internacional (CPI) podría estar preparando órdenes de arresto para él y otros altos líderes israelíes por cargos relacionados con la conducción de la guerra.
El martes dijo que cualquier orden de arresto de la CPI sería un escándalo de «escala histórica» pero que no afectaría la determinación de Israel de lograr sus objetivos bélicos.
Hasta ahora, la CPI no ha dicho nada para confirmar la especulación, que llevó al ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, a advertir a las embajadas israelíes en el extranjero que reforzaran su seguridad.
Pero subrayó los temores en Israel de un creciente aislamiento por los combates en Gaza, que ha causado una creciente alarma internacional por la escala de la destrucción, el riesgo de hambruna y la perspectiva de un deslizamiento hacia un conflicto regional más amplio. La mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza han sido desplazados por la guerra.
La campaña militar de Israel ha matado hasta ahora al menos a 34.535 palestinos, incluidos 47 en las últimas 24 horas, dijo el Ministerio de Salud de Gaza en su actualización diaria del martes.
La guerra aérea y terrestre de Israel en Gaza comenzó después de que hombres armados liderados por Hamas irrumpieran en la frontera el 7 de octubre y arrasaran las comunidades cercanas, matando a unos 1.200 israelíes y extranjeros y llevando cautivos a 253, según los recuentos israelíes.
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