Un bloqueo de integrantes de una comunidad mapuche en los accesos al yacimiento de gas natural Loma La Lata, de YPF, complicó desde el martes a la mañana la producción en Vaca Muerta. Según fuentes del sector, quedaron fuera del sistema unos 3 millones de m3 en un día, justo cuando una ola polar invade a la Argentina y crece la demanda de gas de los hogares.
La proyección de las autoridades y las empresas indica que entre el final del miércoles y durante el jueves habrá menos gas en los caños que el necesario para tener en condiciones óptimas al sistema. Es decir, evitar cortes a usuarios, como ya sucedió a fines de mayo primero con las estaciones de servicio de Gas Natural Comprimido (GNC) que tienen contratos interrumpibles y después incluso con industrias que pagan para tener suministro estable todo el año.
Ante las bajas temperaturas que se vienen, el Gobierno está monitoreando junto a las compañías de gas y el sector eléctrico -que utiliza el fluido en las usinas térmicas para generar energía- que haya combustible suficiente para el sábado y domingo, cuando se espera lo peor de la ola polar.
En paralelo, el Gobierno firmó hace dos semanas un contrato con Bolivia para asegurarse las importaciones de gas a partir de agosto, durante los 45 días que no estará lista la reversión del Gasoducto Norte.
La única obra pública que sigue en marcha se demoró con el cambio de autoridades antes y después del proceso electoral, y esa tardanza generó un gran problema económico: la Argentina pagará cuatro veces más caro el combustible importado que el local (entre 18 y 21 dólares por millón de BTU desde Bolivia contra US$ 4,50 el de Vaca Muerta). La energía más cara es la que no se tiene, pero el país afrontará un costo económico grande por esta situación.
El bloqueo mapuche
Según comentaron fuentes de la industria y de acuerdo a lo que reportó el portal La Mañana de Neuquén, una protesta por parte de la comunidad mapuche Painemil comenzó el martes al mediodía porque una integrante se quedó sin gas en su vivienda, que está justo sobre la segunda reserva mundial del fluido.
El corte de los accesos impidió a unos 280 trabajadores de YPF y sus contratistas salir de las instalaciones de Loma La Lata para hacer el cambio de turno, en medio de las bajas temperaturas en la Patagonia. Incluso, señalan fuentes, en ese bloqueo está trabado el camión con las garrafas (Gas Licuado del Petróleo -GLP-) que solucionarían el inconveniente.
Según dijeron las empresas, las operaciones afectadas son únicamente de YPF, aunque en el sector hay otros que aseguran que también están complicadas el resto de las operadoras. Finalmente se levantó el miércoles por la tarde.
El problema es una señal de alerta también para la seguridad jurídica de las futuras inversiones. Por caso, YPF y Petronas (Malasia) podrían desarrollar el Gas Natural Licuado (GNL) para canalizar exportaciones por barcos todos los días del año a partir de 2027 o 2028.
Si la producción de gas tiene conflictos con la «licencia social» (que las comunidades acepten esos trabajos en sus tierras), se encarecerá el costo económico y reputacional de un proyecto de tamaña envergadura.
Actualmente, la producción de gas de Neuquén llega a los 105,59 millones de m3 diarios -último dato disponible, de mayo 2024-, por lo que un conflicto como éste sacó del sistema a poco menos del 3% del total. Y en todo el país, la extracción del combustible alcanzó el mes pasado «el mejor mayo de la historia», con 150 millones de m3 diarios, según el consultor Ariel Kogan.
Por otro lado, y con vistas a los próximos meses, la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) cerró a mediados de junio una adenda al contrato de importación de gas con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para garantizar el abastecimiento del Norte del país a partir del 1 de agosto.
El contrato original, que se extiende hasta el 31 de diciembre de 2026, tuvo varias adendas. La última se prolongaba hasta el 31 de julio de 2024 y ofrecía a la Argentina combustible en condiciones firmes (no interrumpibles) a 12 dólares por millón de BTU.
Como la obra necesaria para llegar a Córdoba, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, que es la reversión del Gasoducto Norte, no estará lista antes del 15 de septiembre, la Argentina extendió el contrato con Bolivia para garantizar el abastecimiento de gas.
La producción del país vecino declina rápidamente y el poco gas disponible que tienen va como prioridad a Brasil. Previamente, Enarsa y Petrobras habían acordado una triangulación de ese gas, por lo que Argentina tomaría el combustible de Bolivia mientras Brasil compra GNL -de cuyo costo se hace cargo Enarsa- o usa energía hidroeléctrica.
En este caso, lo destacable y que generó críticas de la oposición y de las empresas en off the record es que el costo de las importaciones (a requerimiento de Enarsa hasta 4 millones de m3 por día), que hoy es de US$ 12 por millón de BTU, se elevará hasta entre US$ 18 y US$ 21 a partir de agosto. Mientras tanto, a las petroleras que producen en Vaca Muerta se les paga US$ 4,50.
Fuentes oficiales explican que la diferencia ocurre porque el gas argentino no se puede transportar hasta el Norte por la falta de infraestructura. Además, se elevará el costo de Bolivia porque se quitó la cláusula de «tomar o pagar» (take or pay).
«El precio refleja esta circunstancia y se encuentra dentro de los parámetros de Premio por Garantía de Abastecimiento que ya había sido introducido como concepto en la Adenda VI del 22 de abril de 2022, con niveles de precios similares. Como referencia, en esa ocasión se pagó a YPFB US$ 22,5 /MMBTU por el gas adicional al bloque base y en la actualidad se está pagando 17,5 dólares por el mismo concepto (Adenda VIII, del 13 de septiembre de 2023)», contaron en el sector.
El abastecimiento total de Argentina con importaciones de gas de Bolivia en 2022 fue de 10,50 MMm3/dia en promedio a US$ 11,99 /MMBTU y en 2023, de 6,2 MMm3/dia a US$ 10,40 / MMBTU.
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