KIEV. Mientras funcionarios rusos y ucranianos llegaban a Turquía para un nuevo intento de conversaciones de paz directas,, Roman, un comandante de artillería ucraniano de 26 años, se apresuró a manejar su cañón de artillería después de que los ataques rusos cayeran cerca de su posición.
La escena del jueves por la noche sirvió como recordatorio de que, en la línea del frente, la paz es una perspectiva lejana, incluso mientras los funcionarios rusos y ucranianos se reunían en Turquía para las primeras conversaciones desde 2022.
En declaraciones a Reuters antes del intercambio de disparos de artillería, Roman -que utiliza el apodo «Cowboy»- dijo que tenía poca fe en que Rusia aceptara la demanda de Kiev y los estados occidentales de un cese del fuego de 30 días.
«En este momento la paz no es posible», dijo Roman. «Estamos seguros de que el enemigo no se detendrá. Nuestra tarea, como soldados, es mantener nuestras posiciones, seguir luchando, no rendirnos».
El grupo de soldados comandado por Roman, que no dio su nombre completo de acuerdo con el protocolo militar ucraniano, estaba atrincherado en un bosque en la región ucraniana de Donetsk, que está en gran parte controlada por las fuerzas rusas.
A última hora del jueves, recibieron órdenes de dirigir fuego sobre posiciones rusas desde su 2S1 Gvozdika, un obús autopropulsado de diseño soviético.
Antes de que pudieran empezar a disparar, se oyeron disparos rusos a unos cientos de metros de distancia. A esto le siguieron disparos de respuesta desde otras posiciones ucranianas en la zona.
Romano y los soldados bajo su mando corrieron hacia las trincheras y se dirigieron hacia su Gvozdika.
Quitaron las ramas y la red de camuflaje que usaban para ocultarlo de los drones rusos, y luego cargaron un proyectil en el cañón. Dispararon una ráfaga.
Al mismo tiempo, en Turquía, los equipos negociadores ucraniano y ruso no se habían reunido, acusándose mutuamente de estancarse. Finalmente, se reunieron el viernes en Estambul.
Uno de los hombres de Roman, Serhii, dijo cuando se le preguntó si veía alguna perspectiva de un alto el fuego: «No hay esperanza».
«Porque hubo mucha conversación antes. Sin resultados», dijo Serhii, de 36 años, con el indicativo Steward. «Solo hago mi trabajo. Por nuestra victoria, para detener la guerra».
Los funcionarios rusos dicen que están comprometidos con un final pacífico a la guerra y acusan a Kiev de bloquearlo al hacer demandas poco realistas y no reconocer la necesidad de compromisos.
INT/ag.agencias.europapress/rp.
