Londres. La aerolínea británica Flybe que ya arrastraba serios problemas financieros por el Brexit, por la rivalidad con otras compañías del sector, a lo que sumó la caída de la demanda de viajes por el miedo al coronavirus que terminó por llevar a la quiebra.
Un portavoz de AGS Airport señaló en un comunicado que «la pérdida de Flybe es un golpe devastador para los empleados de la aerolínea, unos 2400 ahora con un futuro incierto y para decenas de miles de pasajeros que dependían de sus rutas. Queda expuesta así la fragilidad de la conectividad doméstica en Reino Unido.
Según datos de Cirium, consultora en datos aerocomerciales, Flybe acaparó en 2019 el 95% de las salidas de vuelos en Southampton y el 36% de Aberdeen. Su presencia en Glasgow era menos significativa, se evalúa ahora la posibilidad que otras aerolíneas puedan ocupar las rutas operadas por Flybe en las que hay una clara demanda.
Flybe, que tiene entre sus principales accionistas a Virgin Atlantic, entró en proceso de administración concursal, por el que la compañía pasará a ser gestionada por la firma de servicios profesionales EY con vistas a vender o liquidar sus activos.
Las principales bases de Flybe estaban en pequeños aeropuertos regionales de Reino Unido, desde donde tenía conexiones con otros puntos del país y de Europa continental. Alicante, Málaga y Mallorca eran algunos de sus destinos.
Entre los damnificados de la bancarrota de Flybe figura el grupo español Ferrovial, que a través de una sociedad conjunta con el grupo financiero australiano Macquarie controla algunos de los aeropuertos utilizados por la aerolínea. AGS Airports gestiona las instalaciones de Aberdeen, Glasgow y Southampton. En 2014, estas bases fueron adquiridas a Heathrow Airport Holdings (donde Ferrovial posee un 25%) por más de mil millones de libras.
Un portavoz de AGS pidió al Gobierno británico que apoye los aeropuertos regionales, bajando las tasas aéreas.
