sábado 20 abril 2024

El arte de Tana Pujals. Retrato de Don, un perro milagroso

Más Leídas

Era una vez… así empiezan todas las historias y esta es una de ellas. La historia de Don, el salchicha, el perro milagroso. Soy una retratista de animales con lápiz a color, pero además madre de Felipe, autista.

Toda mi vida tuve perros y gatos hasta casarme. ¡Marido alérgico, imposible seguir con mi troupe!

Nació Felipe y al poco tiempo fuimos descubriendo que tenía un atraso para muchas cosas como gatear, caminar y hablar. Era un bebé alegre y buenazo. Después de varias consultas se llegó al diagnóstico de T.G.A (Trastorno Generalizado de Aprendizaje) y más tarde autismo.

A los casi 3 años de Felipe su neurólogo nos aconsejó tener un perro, pelo corto por la posible alergia de mi marido. Justo la perra salchicha de su madrina había tenido cría y ahí fuimos a elegir un cachorro.

Eran 5 pelotas negras que se arrastraban de un lado al otro. Felipe avanzó hacia el más grandote, lo agarró y lo estampó contra la pared. Quedamos paralizados, pero ante nuestra sorpresa el cachorro ni se inmutó: volvió hacia Felipe que se mataba de risa.

Ya se habían elegido uno al otro.

Cuando su madrina le preguntó cómo lo llamaría, nos miramos ya que Felipe aún no hablaba. Con mucha claridad dijo: DON. ¡Fue su primera palabra!

Desde entonces fueron carne y uña. Fue su compañero en las sesiones de fonoaudiología ya que Felipe solo quería hablarle a Don; soportó visitas al jardín y luego colegio especial de Felipe donde los chicos lo besaban, lo apretaban y “torturaban”. Él se prestaba a todo con una santa paciencia.

Don tenía ese carácter germánico de su raza: testarudo y por ende nada obediente; cazador brillante de zorrinos; gallinas y corderitos (nos trajo bastante problemas); peleador con los perros grandes y un Don Juan empedernido que no resistía a ninguna hembra, sea bella o fea; con papeles o sin ellos (desapareció una semana atrás de unas atorrantas…. la mejor semana de su vida).

Pero lo que me dejaba asombrada era esa relación simbiótica con Felipe. Fueron creciendo juntos. Felipe aprendió a hablar con él; a correr con él; a jugar con él. Se miraban y se entendían. Sabía de esa comunicación entre los animales y los niños especiales, pero nunca hubiera imaginado que fuera tan real y maravillosa.

Don nos acompañó por 15 años. Tuvo varias idas al veterinario: atropellado por un auto; peleas y hasta una patada de caballo. Sobrevivía a todo con esa mirada estoica, valiente y a veces soberbia.

Lo retraté muchas veces: desde su tierna juventud hasta su vejez, buscando siempre esa mirada tan particular que tenía al mirar a Felipe. Confieso que no estoy muy segura de haberlo conseguido: Don, el perro milagroso.
Tana Pujals.
Artista con pasión por retratar animales.
CC/CC/rp.

Últimas Noticias

Irán e Israel evitaron una guerra abierta, pero se mantiene un estado de alerta global

Beirut. El alcance de la respuesta militar de Israel al primer ataque directo de Irán contra el país sigue...

Más Noticias