El embajador de Argentina en la OEA defendió la dictadura de Maduro, y rechazó el informe de la ONU sobre la violación de los DD.HH del régimen chavista. Juan Guaidó, presidente encargado de Venezuela, le reclamó a la Casa Rosada que confirme si esa es la posición del Gobierno argentino.
Solo a través de un trascendido Alberto Fernández descalifico la posición de Carlos Raimundí, a quién todavía no convocó a Buenos Aires. La Cancillería por su parte aclaró que Argentina respalda el informe del Alto Comisionado de los DD.HH. de la ONU, que encabeza Michelle Bachelet.
Solo voceros oficiosos deslizaron la disconformidad de Alberto Fernández respecto a la capacidad diplomática de Raimundi. También trascendió inicialmente que el embajador ante la OEA no había sido instruido, ni en forma escrita ni verbal, respecto a la posición que debía tener ante el Consejo Permanente de la OEA respecto al tema Venezuela.
Pero en las últimas horas se pudo saber que a mediados de septiembre el Canciller le remitió a Raimundi un cable reservado con las posición del gobierno argentino sobre el tema. Sin embargo, en medios diplomáticos se especula que si bien Raimundi habló por su cuenta, no dejó de expresar ciertas posiciones que se sostienen en la coalición gobernante con relación al régimen de Nicolás Maduro.
En su declaración Raimundi afirmó: “Venezuela ha sufrido un fuerte asedio de intervencionismo por lo que hay una apreciación sesgada de lo que son las violaciones a los derechos humanos en determinados países”. Este punto de vista solo fue acompañado por Nicaragua y Cuba, lo que deja cada vez más aislada a la Argentina de los países de la región, incluso de la Unión Europea que está reclamando al dictadora Nicolás Maduro que suspenda las elecciones de diciembre, hasta que las misma puedan tener absoluta garantía que se efectuarán en un verdadero marco democrático.
La incomprensión de la administración Fernández del valor de la inserción en el mundo tiene varias muestras. Dentro del Mercosur ha tendido desentendimientos y una relación distante con sus socios, Uruguay, Paraguay y Brasil, básicamente por cuestiones ideológicas, que también la mantienen alejada de vínculos con el resto de los países latinoamericanos.
La pandemia de coronavirus también dejo descolocado al presidente Fernández que en varias oportunidades tuvo que pedir disculpas, a varias naciones, por exponer falsos datos sobre la evolución y control del Covid-19. Todo parece indicar que solo China figura entre las prioridades de la Casa Rosada, que en más de una oportunidad se manifestaron con diferencias con la Casa Blanca, sin tomar en cuenta el peso que la misma tiene en el FMI, particularmente cuando se están por iniciar las negociaciones para reestructurar la deuda de cuarenta y cuatro mil millones de dólares.
Respecto a la situación generada por Raimundi en la OEA, en las Cancillerías regionales se aguarda conocer cuál será la decisión del presidente Fernández respecto al embajador, al que se considera debería ser retirado del Organismo Regional, mientras se espera que en la primera reunión multilateral el gobierno argentino rechace las violaciones de los DD.HH en Venezuela y reitere su respaldo al informe del Alto Comisionado de los DD.HH de la ONU.
La posición que adopte la Casa Rosada, respecto al enorme daño diplomático que provocó Raimundi, resultará clave para despejar sospechas en las Cancillerías regionales que el embajador hizo públicas posiciones que el jefe de Estado de Argentina sostiene en forma reservada. En tal sentido, en Washington se espera que en las sesiones de la semana próxima Argentina se sume a las denuncias de que Maduro tiene un plan de represión ilegal y que la Casa Rosada repudia el mismo.
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