jueves 25 abril 2024

Cuadro fiscal – agosto – Le llaman ajuste

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Por Dr. Agustín Monteverde

La administración pública nacional registró en agosto un déficit primario de $ 124.836 MM y un déficit financiero de $ 193.393 MM.  Esos números incluyen el ingreso de $ 22.920 MM por impuesto a la Riqueza. El déficit primario acumulado en lo que va del año es de $ 431.504 MM y el financiero trepa a $ 870.554 MM.

Si la comparación se efectúa frente al irregular año pasado, los ingresos totales aumentaron 64,8 %, excluyendo lo percibido por el impuesto a la Riqueza. Fueron impulsados por el salto de 185,6 % del renglón rentas de la propiedad.

El gasto primario trepó 87,3 % —más de veinte puntos por encima de los ingresos— excluyendo las erogaciones por Covid.

Pero para tener una mejor apreciación de la situación fiscal es conveniente examinar su evolución frente a 2019, cuando la economía aún no se había visto afectada por las medidas de distanciamiento y cierres compulsivos. Debe tenerse en cuenta que la inflación en esos dos años fue 113 %.

Los ingresos corrientes, sin computar el ingreso extraordinario por impuesto a la Riqueza, evolucionaron exactamente igual que la inflación del período: 113 %.

El gasto primario, en cambio, vuela 46 puntos por encima de los precios: 159 %.

El gasto corriente salta 162 % mientras que el gasto de capital —a contramano de la publicidad oficial— se comporta como una variable de ajuste, subiendo apenas 91 % en esos dos años, muy por debajo de la inflación.

De todas formas, el principal ajuste del gasto se observa en el componente corriente, en las transferencias a universidades y en las remuneraciones estatales, que aumentan apenas 86 % y 88 %, respectivamente.

Las prestaciones de la Seguridad Social orillan la inflación, con un aumento nominal de 112 %.

Muy superior es el incremento de las transferencias corrientes a provincias, que trepan 181 % nominal.

Ese desempeño queda empequeñecido por lo gastado en bienes y servicios consumidos por el Estado, que escalan 242 %, más del doble que la inflación.

Los subsidios al sector privado casi se cuadruplican frente a dos años atrás, disparándose 284 %.

Los subsidios económicos, dirigidos esencialmente al sector energético y de transporte, representan 4,35 veces lo gastado en moneda corriente en aquel momento.

De todas formas, las palmas en materia de explosión de gastos se la lleva el quebranto operativo de las empresas estatizadas, que en términos nominales insumió casi seis veces lo erogado en agosto de 2019.

El déficit primario equivale a casi once veces el superávit obtenido dos años antes.  Y el rojo total o financiero sufrió un salto de 1362 %.

EN/gentileza M&A Asoc./rp.

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