En medio de choques internos del Frente de Todos que ponen en riesgo la gobernabilidad, y la gestión de la administración nacional, con fuentes de poder que encabeza la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, que reparte parcialmente con el ministro de Economía, Sergio Massa, y mínimamente con el presidente formal de la Nación, Alberto Fernández, surge desde el cristinismo la idea de impulsar una “cumbre” entre Cristina Kirchner y el ex presidente Mauricio Macri, con la intención que a través de “ese diálogo” se pueda lograr que baje la tensión que agitan las aguas del escenario político.
Desde el oficialismo las voces que sobresalieron para impulsar “El Diálogo”, fueron las de Andrés “Cuervo” Larroque, lugarteniente de Máximo Kirchner en La Cámpora, funcionario de máxima confianza de la vicepresidenta , y la de Eduardo “Wado” de Pedro, ministro del Interior, ojos y oídos de Cristina Kirchner, en el gabinete nacional, obviamente, en esta movida no faltó el senador Oscar Parrilli, titular del Instituto Patria, y rápidamente, advertidos de esa tendencia, se sumaron el jefe de Estado, Alberto Fernández, y el Canciller Santiago Cafiero. Pero todos ellos son conscientes que la propuesta es de compleja concreción.
Incluso la propia Cristina Kirchner, que reapareció en público el último jueves durante un encuentro que mantuvo con los curas villeros en el Senado, utilizó un tono más moderado para hablar de la oposición. Un hecho poco habitual. Recordó su encuentro con el economista Carlos Melconian, cercano a Mauricio Macri y en ese sentido, aseguró: “Nadie puede pensar que yo tengo las mismas ideas que Melconian en política. Pero esta es la gracia. La gracia no es juntarse con los que piensan igual. La gracia es juntarse con los que piensan distinto y ver, si al menos en economía, podemos tener un acuerdo mínimo”. Gesto que sorprendió a todos en el mundo de la política, en el que sobrevuelan contradictorias posiciones sobre las verdaderas intenciones de la vicepresidenta.
Desde Junto por el Cambio el diputado Mario Negri, presidente del bloque de la UCR, uno de los referentes de la oposición, aseguró: “A la Argentina le hace falta diálogo, pero no se hace por redes sociales. El diálogo implica que hay una propuesta y entonces hay que conocer los ejes, cuáles son los puntos”. La oposición no tiene una postura unificada. Algunos se vuelcan a la idea de sentar las bases para lograr un acuerdo con el Gobierno. Otros ponen trabas y creen que es imposible generar consensos con el oficialismo.
El principal problema del plan para generar un diálogo que baje el nivel de agresividad en el discurso político fue la falta de contenido de la propuesta. En Juntos por el Cambio exigen que haya, de mínima, un punteo con temas centrales – institucionales, económicos, políticos – donde se pueda discutir el curso de los mismos. Y sobre eso debatir las formas en las cuales manifestarse públicamente. Macri no descartó la propuesta, pero condicionó la posible reunión a que se concrete: “Con la Constitución sobre la mesa”.
El segundo problema es la falta de liderazgos claros en las dos principales coaliciones del país. Liderazgos que ordenen hacia abajo y marquen un rumbo que colabore en las negociaciones para acercar posturas. Una traba que se ven las dos partes de la grieta. Una contundente muestra de la disparidad de posiciones la dio Máximo Kirchner: “¿Cuál es la agenda que vamos a hablar? Máximo que quiere cambiar las proyecciones con el FMI o la de Massa que quiere cumplir con las metas del Fondo? No saben lo que quieren y cómo lo quieren”, se quejó un importante dirigente del PRO.
“El problema de ellos es que Rodríguez Larreta se pone duro con el Gobierno para que Patricia (Bullrich) no lo corra por derecha. Ellos juegan su propia interna por las elecciones que se vienen”, sostuvo un funcionario nacional del campamento kirchnerista. Las ambiciones electorales, consideran, meten la cola como el diablo.
En la oposición aseguran que en el oficialismo “hay un desorden total” y que el liderazgo de Cristina Kirchner es sobre un sector de la coalición, no sobre el total. Advierten que ese escenario, donde las diferencias sobre el rumbo del Gobierno siguen existiendo, pese al alineamiento político después del atentado a la Vicepresidenta, no colabora en la posibilidad de gestar una agenda conjunta.
También se cuecen habas en Juntos por el Cambio. Durante la semana, en el entorno de Mauricio Macri descartaron un acuerdo con el kirchnerismo. Además, aseguraron que no hubo llamados. Se mostraron incrédulos de un acercamiento real, más allá de los discursos. “No hubo ningún contacto con nosotros. De todas maneras, las formas son un tema menor. Está bien mejorarlas, pero lo que importa es el fondo”, advirtieron en el PRO. Sin embargo, el ex Jefe de Estado fue el que terminó abriendo la puerta a una condicionada reunión con Cristina Kirchner. Se insistió la Constitución debe estar sobre la mesa.
En las filas opositoras aseguran que hasta aquí el oficialismo los ha hostigado en forma reiterada, acusándolos de impulsar los discursos de odio. Lo que contraponen con algunos dirigentes oficialistas que piden entablar un diálogo de paz. “Cada uno dice una cosa distinta”, sostienen y remarcan que el llamado al diálogo está vacío de contenido, pero lo que está claro, en estas últimas horas más que nunca, es que el Gobierno tiene necesidad de concretar algún tipo de acercamiento con la oposición y, en especial, con Mauricio Macri.
Si, finalmente, existe una agenda común que sirva como punto de acuerdo para sentarse en una misma mesa, el tema de la realización de las PASO a nivel nacional estará en ese punteo. Para Juntos por el Cambio es un tema central y por eso lo mantiene visible frente a lo que creen que es una avanzada peronista para quitarlas. No están dispuestos a ceder bajo ningún argumento y creen que, pese a la postura pública de algunos funcionarios del Gobierno que descartan dejar sin efecto las Primarias, en el oficialismo sobrevive la idea de voltear esas elecciones en el corto plazo.
En los días que se avecinan la idea de un acuerdo entre el oficialismo y oposición tomará volumen. Para muchos dirigentes de ambas coaliciones lograr que Macri y Cristina se sienten a dialogar en la misma mesa es casi una misión imposible. Pero la propuesta crecerá en los próximos horas, y algunos dirigentes de la oposición sospechan que se trata de una cortina de humo oficialista para ocultar el enorme ajuste que está efectuando el Gobierno y que impactará reduciendo las condiciones de vida de todos los argentinos.
P/ag.vfn.ifb.cl.ln./gr.rp.