Moscú. El Kremlin dijo a Occidente el viernes que consideraría un ataque contra sí mismo cualquier acción que amenazara a las fuerzas de paz rusas en la región disidente de Transdniestria en Moldavia, un día después de que Moscú acusara a Ucrania de planear una invasión.
En Kiev, el presidente Volodymyr Zelenskiy rechazó la afirmación de Moscú de que Ucrania quería apoderarse de la región, mientras que Moldavia reiteró que las acusaciones no eran ciertas.
La advertencia se produce en medio de una mayor preocupación en Moldavia, una pequeña república exsoviética que limita con Ucrania, de una posible amenaza rusa. Su presidente proeuropeo, Maia Sandu, acusó este mes a Moscú de planear un golpe de estado.
El jueves, Rusia acusó a Kiev de planear invadir Transdniestria, que limita con Ucrania. El territorio de habla principalmente rusa se separó del control de Moldavia en 1990, un año antes del colapso de la Unión Soviética.
“Advertimos a Estados Unidos, a los estados miembros de la OTAN y a sus pupilos ucranianos que no tomen otro paso imprudente”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.
«Cualquier acción que amenace su seguridad será considerada bajo el derecho internacional como un ataque a la Federación Rusa».
Hay alrededor de 1.700 soldados rusos en Transdniestria, que tiene una población de aproximadamente 440.000.
El ministro de Relaciones Exteriores de Moldavia, Nicu Popescu, dijo que lo que llamó comentarios «provocadores» de Rusia sobre un posible ataque ucraniano no eran ciertos.
«Las autoridades moldavas han rechazado estas declaraciones como infundadas, hechas para manipular la opinión pública. La situación de seguridad en la región es estable», escribió en la aplicación de mensajería Telegram el viernes.
Zelenskiy dijo en una conferencia de prensa que Rusia estaba involucrada en provocaciones constantes.
«Entienden claramente que respetamos la integridad territorial de Moldavia y creemos que el territorio de Transdniestria es el territorio del estado independiente de Moldavia», dijo.
Zelenskiy dijo la semana pasada que era «obvio» que Ucrania no era el último país en la mira de Moscú y que el Kremlin estaba pensando en formas de «estrangular» a Moldavia.
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