Beijing. El líder chino, Xi Jinping, enfrenta enormes obstáculos si realmente quiere ayudar a poner fin a la guerra de 14 meses de Rusia en Ucrania. El más grande: ninguno de los lados está listo para dejar de luchar.
El plan de Xi de enviar un enviado a Ucrania le permite a su gobierno desviar las críticas a su apoyo a Moscú y buscar un papel más importante como fuerza diplomática. Su anuncio el miércoles en una llamada telefónica con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy generó optimismo de que Beijing podría usar sus cálidas relaciones con Vladimir Putin de Rusia para impulsar la paz. A eso le siguieron preguntas escépticas sobre si Beijing está más centrado en poner fin a una invasión que se niega a criticar o si sirve a sus propios intereses.
El punto de partida de China es una propuesta de paz emitida en febrero que pedía un alto el fuego, negociaciones y el fin de las sanciones contra Rusia. Ofreció pocos detalles, pero repitió las acusaciones rusas de que los gobiernos occidentales tenían la culpa de la invasión.
China tiene buenas razones para querer que termine la guerra. Sacudió la economía china al hacer subir los precios del petróleo, el trigo y otras materias primas. Beijing también advirtió el miércoles sobre los peligros de una guerra nuclear, luego de que Rusia anunciara anteriormente que trasladaría armas atómicas a la vecina Bielorrusia.
“El interés propio de China se alinea con el fin de la guerra”, dijo John Delury, especialista en relaciones internacionales de la Universidad de Yonsei en Seúl.
“Beijing no tiene interés en ver a Rusia humillada, ni a China le interesa que Rusia triunfe”, dijo Delury. “La mejor opción es un alto el fuego y, con él, oportunidades económicas para participar en la reconstrucción de la posguerra de Ucrania”.
La declaración del miércoles no dio ninguna indicación de cómo China podría recomendar abordar las cuestiones por las que los dos países están peleando, incluida Crimea, la península del Mar Negro arrebatada por Moscú a Ucrania en 2014.
Al jugar al pacificador, Beijing también podría estar buscando separar a los aliados europeos de los Estados Unidos, a los que Xi acusa de intentar bloquear el ascenso económico y político de China.
Beijing está tratando de reparar las relaciones con Europa después de un alboroto por el comentario de un embajador chino de que las ex repúblicas soviéticas podrían no ser países soberanos. Ese grupo incluye a Ucrania y los miembros de la Unión Europea Estonia, Letonia y Lituania.
Líderes, incluido el presidente francés Emmanuel Macron, visitaron Beijing y pidieron ayuda con Ucrania, destacando los desafíos que enfrenta Washington para mantener unidos a los aliados para oponerse a las políticas asertivas de China en el exterior.
“Tratar de abrir una brecha entre los socios estadounidenses y europeos es un objetivo importante”, dijo Alexander Gabuev, de Carnegie Endowment for International Peace. “Para eso, China necesita pretender que es una fuerza activa para la paz”.
La llamada de Xi con Zelenskyy podría mantener las esperanzas europeas de que se puede persuadir a China para que “ejerza su influencia para ayudar a poner fin a la guerra”, pero es “poco probable que cambie la evaluación occidental de la postura de Beijing como una de ‘neutralidad prorrusa’”, dijo Eurasia Group. analistas en un informe.
El anuncio le da a Beijing la oportunidad de demostrar que no siempre está de acuerdo con Moscú, aunque las diferencias pueden ser demasiado sutiles para los críticos occidentales. Se quejan de que China ayuda a Putin a resistir las sanciones occidentales comprando petróleo y gas rusos y brinda apoyo político.
El gobierno de Xi ve al Kremlin como un socio para oponerse al dominio estadounidense de los asuntos globales. China ha utilizado su estatus como uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU para bloquear los esfuerzos para censurar a Rusia.
Xi y Putin dijeron en una declaración conjunta antes de la invasión de febrero de 2022 que sus gobiernos tenían una “amistad sin límites”. Sus armadas realizaron ejercicios conjuntos con Irán en marzo.
A pesar de eso, el gobierno chino dice que tienen una relación de “no alianza”. Beijing ha prometido no suministrar armamento a ninguna de las partes en la guerra de Ucrania.
“China nunca se ha puesto de un lado”, dijo Da Wei, especialista en relaciones internacionales de la Universidad Tsinghua en Beijing y director de su Centro de Estudios Estratégicos y de Seguridad.
“¿Qué líder occidental ha mantenido comunicación con los líderes de ambos países directamente involucrados en la crisis?” dijo Da. “Creo que este llamado es una indicación del objetivo justo e imparcial de China en la promoción de las conversaciones de paz”.
Una declaración china el miércoles también citó el “respeto mutuo por la soberanía y la integridad territorial” como base de las relaciones con Ucrania.
Mientras Rusia está tratando de mover las fronteras anexando partes de Ucrania, Beijing es muy sensible al respeto de la soberanía territorial. Dice que se deben respetar las fronteras y que ningún país tiene derecho a entrometerse en los asuntos de otro.
Posicionarse como mediador también ayuda a Beijing, ya que persigue un papel más importante en la gestión de los asuntos globales como parte de los esfuerzos para restaurar a China a lo que el Partido Comunista considera que es el lugar que le corresponde como líder político, económico y cultural.
Beijing debería “participar activamente en la reforma y construcción del sistema de gobernanza global” y promover “iniciativas de seguridad global”, dijo Xi en marzo. Una propuesta para una «Iniciativa de Seguridad Global» emitida en febrero dijo que China está «lista para llevar a cabo una cooperación de seguridad bilateral y multilateral con todos los países».
También en marzo, Arabia Saudita e Irán anunciaron el final de una división diplomática de 7 años luego de las conversaciones organizadas por China . Este año, el gobierno de Xi también se ofreció a mediar en las conversaciones entre israelíes y palestinos, establecer una nueva estructura de seguridad en Medio Oriente y ayudar a los países africanos a resolver disputas.
Si Beijing puede organizar conversaciones de paz, “eso respalda las ambiciones de Xi Jinping de ser una potencia mundial”, dijo Delury.
La ambición diplomática de China es un cambio de décadas de mantenerse al margen de las disputas de otros países y de la mayoría de los asuntos internacionales para centrarse en el desarrollo económico.
Sus iniciativas de pacificación también están en desacuerdo con el comportamiento de confrontación de China hacia sus vecinos en disputas territoriales y amenazas de atacar a Taiwán, la isla democrática autónoma reclamada por Beijing como parte de su territorio.
El gobierno de Zelenskyy dijo en un comunicado que su conversación con Xi podría conducir a una “posible interacción con el objetivo de establecer una paz justa y sostenible para Ucrania”. Zelenskyy dijo el 29 de marzo que había invitado a Xi a visitarlo, pero ninguno de los gobiernos ha indicado si eso podría suceder.
A pesar de eso, los analistas políticos ven pocas posibilidades de progreso. Se cree que Ucrania está preparando una nueva ofensiva para recuperar el territorio ocupado por Rusia.
Una resolución está “tal vez a años, incluso décadas, porque las posiciones rusa y ucraniana todavía están a kilómetros de distancia”, dijo Gabuev.
Shi Yinhong, especialista en relaciones internacionales de la Universidad Renmin en Beijing, señaló que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha dicho que las conversaciones de paz son “casi imposibles”, mientras que Zelenskyy le resaltó a Xi la importancia de recuperar todo el territorio capturado.
“Ninguna de las partes en la guerra se hizo eco materialmente de la iniciativa de China, que estuvo muy por debajo de lo que buscaban”, dijo Shi.
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