Un un duro golpe político para Cristina Kirchner, el oficialismo fracasó y no pudo abrir hoy el recinto del Senado para mantener en su cargo por cinco años más a la camarista Ana María Figueroa y evitar que la jueza, de abierta cercanía con el kirchnerismo, se vea obligada a jubilarse si antes del próximo 9 de agosto, cuando cumplirá 75 años, no consigue un nuevo acuerdo de la Cámara alta.
Cristina Kirchner le quitó el cuerpo a la foto de la derrota y no apareció por el recinto de la Cámara alta. De hecho, ni se encontraba en el edificio en el momento en que la presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma (esposa del gobernador de Santiago del Estero), anunció desde el proscenio de la presidencia que la sesión se había caído por falta de quórum. En ese momento, el tablero marcaba 34 presentes, tres por debajo del número reglamentario para habilitar una reunión.
Figueroa es la presidenta de la Cámara Federal de Casación Penal y tiene un papel protagónico en causas que involucran a la vicepresidenta, como Hotesur-Los Sauces, donde Cristina Kirchner está acusada de lavado de dinero junto a sus hijos, Máximo y Florencia, y la del Memorándum con Irán. Después de la feria judicial, se conocerá el voto de Figueroa en el caso Hotesur-Los Sauces y se sabrá si se mantiene el fallo del tribunal oral que cerró la causa o si debe reabrirse y realizarse en un juicio oral y público.
“Se nos resfriaron dos senadores, (Guillermo) Snopek y (Edgardo) Kueider”. Con esta frase irónica, que alude a los dos peronistas díscolos que el oficialismo confiaba que iban a aportar ayudar al Frente de Todos a reunir el quórum, el jefe del bloque del Frente de Todos, José Mayans (Formosa), confirmó el fracaso del oficialismo en reunir el número para abrir la sesión.
Tampoco bajó al recinto Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro). El gobernador electo y aliado consuetudinario del kirchnerismo prefirió permanecer en su despacho del cuarto piso cuando supo que el Frente de Todos no reuniría el número suficiente para abrir el recinto.
Cuando Mayans confirmó que no habría sesión, la totalidad de los 31 senadores oficialistas caminaban rumbo al recinto para reconocer la derrota y dar paso a una hora de expresiones en minoría que el kirchnerismo utilizó para defenestrar a la oposición de Juntos por el Cambio, a la que responsabilizó por el bloqueo del funcionamiento del Senado.
La movida oficialista era arriesgada ya que iba a bajar al recinto con un quórum endeble y estricto de 37 senadores. Pero la presión de Cristina Kirchner obligó a la conducción del Frente de Todos a forzar la máquina en una jugada que terminó saliendo mal.
El factor determinante para que la reunión se cayera fue la decisión del entrerriano Kueider de ausentarse. Fracasados los intentos oficialistas por convencerlo, su compañero de bloque de Unidad Federal, Snopek, también decidió abandonar el edificio del Senado.
La sesión no solo le servía al kirchnerismo para darle acuerdo a Figueroa, sino que también le permitía darle ingreso a una serie de pliegos judiciales que Cristina Kirchner pretende tener aprobados antes de que concluya su mandato como vicepresidenta.
La lista de nombramientos incluye el nombramiento de María Laura Manín, de estrecho vínculo con el ministro del Interior, Eduardo De Pedro, y de Humberto Guardia Mendonca en la sala de Defensa de la Competencia de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial. A ellos se suman Juan Rafael Stinco, exasesor de Axel Kicillof en YPF; y Tomás Rodríguez Ponte, quien estuvo a cargo del organismo que controla las escuchas judiciales, para ocupar el juzgado 7 del fuero en lo Contencioso Administrativo, y el juzgado federal 2 de Lomas de Zamora.
INT/ag.ln.gy,cl.ifb.na./gr.