Lima – Han transcurrido más de cuatro meses desde que el presidente Pedro Castillo asumió el poder y la inestabilidad política ha sido una constante durante su mandato. La oposición sigue en un incesante ataque, con el bloqueo en el Parlamento a iniciativas del Gobierno, sesiones de interpelación a ministros y la amenaza de destitución a Castillo mediante el proceso de vacancia presidencial.
Castillo ha obligado a algunos ministros a dimitir ante diversos cuestionamientos y estas decisiones han ahuyentado a los inversionistas. Económicamente, en la era Castillo la nación andina vive la inflación más alta de los últimos 12 años, reduciendo cada día el poder adquisitivo de la población.
El escándalo del exsecretario de la presidencia, Bruno Pacheco, a quien la Fiscalía le requisó 20.000 dólares escondidos en un baño del Palacio de Gobierno, mientras era investigado por, supuestamente, manipular los ascensos de algunos militares, ha desplomado la aceptación del mandatario peruano. Un 59% de los ciudadanos lo desaprueba, según un sondeo de opinión de la encuestadora Datum.
Pedro Castillo superó a sus opositores y se libró de un proceso de ‘impeachment’. Pero su riesgo es que si no acciona cambios en su Gobierno y en los altos funcionarios que lo rodean su situación política se tornaría muy inestable. El mandatario tiene la oportunidad de rectificar sus desaciertos y tender puentes con el Congreso y con los grupos económicos. Solo así su Administración conseguirá gobernabilidad y llevará tranquilidad al país. Caso contrario Castillo corre el riesgo de que el Parlamento lo saque del poder, como ocurrió con el expresidente Martín Vizcarra.
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